Delfines - Península Valdés

El mar, inmenso, calmo, de varios colores: primero verde, después celeste y más allá, azul profundo. El rítmico sonido del agua provocado por las olas. Las pardelas que nos anticipan su presencia. Y de repente, un fárrago de míticas criaturas que revelan su existencia en dobles mortales o cópulas descaradas.

Dicen que el hombre siempre se ha creido más inteligente que los delfines por sus logros – la rueda, los rascacielos, los satélites – mientras que los delfines nunca hiceron más que pasarla bien entre olas y espuma. Los delfines, en cambio, se saben más inteligentes que el hombre por exactamente las mismas razones.